Ser cotitular de un préstamo es una figura que puede aparecer en ocasiones cuando acudimos a una entidad financiera, y ésta cree que un único titular no cumple con el perfil o los requisitos necesarios para prestarle el dinero. Otra situación en la que aparece un cotitular es cuando son dos o más personas las que buscan la financiación, por ejemplo para comprar una casa o para un proyecto empresarial.
Estos son algunos de los principales motivos por lo que suele ser necesario incorporar un cotitular: una figura que no siempre se conoce bien y que tiende a confundirse con el avalista. Pero, ¿son lo mismo? ¿Qué obligaciones conlleva ser cotitular de un préstamo? ¿Qué riesgos implica?

Cotitular, o avalista: ¿son lo mismo?
Lo primero es diferenciar entre estas dos figuras, que a menudo tienden a confundirse o cuya distinción no siempre está clara, lo que puede hacer que nos llevemos sorpresas desagradables.
- Un avalista es una persona que respalda un préstamo con una parte de su patrimonio y responde ante el posible impago de las cuotas si el titular no se hiciera cargo de ellas.
- El cotitular va un paso más allá que el avalista, ya que en realidad asume el mismo papel que el titular del préstamo. Es decir, un aval sólo será responsable del préstamo si éste deja de pagarse, y por tanto tiene un vínculo indirecto; sin embargo el cotitular está directamente vinculado al préstamo y a su pago, y así consta ante la Central de Riesgos del Banco de España (CIRBE), con todas las consecuencias.
Por tanto y a ojos del banco, un cotitular es responsable de la deuda de igual forma que lo es el titular del préstamo, y debe responder ante el préstamo con su dinero o sus propiedades. Además a ojos del CIRBE tiene un riesgo directo por el préstamo, lo que limita su capacidad de endeudamiento o de solicitar otro préstamo.
¿Por qué nos pueden pedir un cotitular?
A la hora de solicitar un préstamo ante una entidad financiera, puede que nos pidan un cotitular si consideran que un titular no ofrece las suficientes garantías de que se vaya a devolver la deuda. Si un titular aporta su sueldo y sus bienes como garantía del préstamo, el cotitular hará lo mismo y ofrecerá una doble garantía ante un posible impago.
De esta forma si el titular perdiese por ejemplo su empleo, el cotitular podría responder por él con su propio salario. Todo dependerá de la cantidad del préstamo y de nuestro propio perfil: a mayor cantidad solicitada más probable será que la entidad demande un aval o un cotitular.
Como ya mencionamos al principio además, no sólo puede ser necesario incluir un cotitular porque el banco se niegue a darnos la financiación que necesitamos. A veces añadir un cotitular puede ser una buena fórmula para poder optar a un préstamo de mayor cuantía o en mejores condiciones, o por ejemplo si no podemos aportar un aval.

Los riesgos de ser cotitular de un préstamo
Ser cotitular de un préstamo conlleva una serie de riesgos importantes. Además de tener un vínculo directo con el préstamo y limitarse nuestra capacidad de endeudamiento –por ejemplo si necesitamos otro préstamo o una hipoteca- no olvidemos que somos tan responsables como el titular de hacer frente a los pagos.
¿Mejor un cotitular, o un aval?
Ambas fórmulas presentan pros y contras. Desde el punto de vista del que va a ser cotitular o avalista, todo dependerá de nuestra relación con el proyecto o bien a financiar, ya que no debemos olvidar que aunque no lo disfrutemos deberemos pagar por él si el titular no lo hace. Si hablamos por ejemplo de una hipoteca, parece lógico incluir un cotitular si éste va a disfrutar del inmueble, pero en caso contrario pueden surgir los problemas.
Sin embargo, si se trata de un proyecto personal que no va a disfrutar un tercero y para el que simplemente necesitamos aportar un respaldo o una garantía al banco, la figura más habitual es la del avalista ya que –aunque no está exenta de riesgos- su implicación es menor y es más probable que alguien esté dispuesto a firmar como tal. No obstante, puede que un aval no ofrezca suficiente garantía al banco y necesitemos buscar alguien que se preste a ser cotitular.
En todo caso, no olvidemos que ser cotitular de un préstamo o avalista implica para el que firma como tal una responsabilidad importante en caso de impago. Por tanto es fundamental evaluar en detalle el riesgo que se va a asumir, y plantearse si ante la posibilidad de tener que pagar la deuda podríamos asumir esa carga. En caso contrario, quizás lo más prudente sea buscar otra solución o, incluso, posponer el préstamo a la espera de mejores tiempos.