Los empleos están creciendo, los salarios están aumentando y los mercados de valores están alcanzando niveles récord. En muchos sentidos, la economía de España, y de Europa en general, está en auge. Y, sin embargo, cuando entramos oficialmente en la temporada navideña, los tipos de interés de los préstamos personales han bajado y la confianza del consumidor se encuentra en su nivel más bajo en una década. ¿La razón? La inflación.
La tasa de inflación de España en octubre fue la más alta desde principios de los 90. Esto es motivo de preocupación a nivel político, en especial porque lo acompaña una subida del IPC (Índice de Precios al Consumo) de más del 5%. ¿Deberías preocuparte tú como ciudadano y consumidor?
¿Qué es la inflación?
La inflación describe un aumento general en el nivel de precios de todos los bienes y servicios de consumo. No es específico de un bien o servicio en particular; más bien es una medida de cuándo, en términos generales, las cosas son más caras de lo que eran antes.
Hay varias formas de medir la inflación, aunque el Índice de Precios al Consumidor (IPC) medido por el INE (Instituto Nacional de Estadística) es el sistema más común utilizado para medir la inflación. El índice analiza los precios de bienes y servicios en ciudades y suburbios de todo el país, ponderados según la proporción que tiene un bien o servicio en el consumo general. Por ejemplo, los alimentos y la vivienda están más ponderados que la ropa en el índice.
Los precios aumentaron ampliamente en energía, vivienda, alimentos, vehículos nuevos y usados y ocio. Las reducciones de precios de las tarifas aéreas y de las bebidas alcohólicas se encuentran entre las pocas reducciones de precios observadas el mes pasado. Para reducir la inflación, España ha optado por subir algunos impuestos y ajustar las tasas de interés.

¿Cuán preocupados deberían estar los españoles por la inflación?
Algunos economistas han señalado que la inflación que estamos viendo ahora es solo una parte del impacto de la pandemia en la economía, que en general no ha sido terrible, y cuyos efectos podrían alargarse hasta 2030. A pesar de que la inflación fue alta en octubre, otras cifras como el fuerte aumento de puestos de trabajo y el aumento de las ventas minoristas apuntan a un buen mes en general para la economía europea. Así que los españoles llenan el carro de la compra pagando un poco más, pero eso es mejor que irse sin poder adquirir alimentos.
Por ejemplo, la escasez de microchips ha provocado una desaceleración en la fabricación de automóviles, lo que aumentó las ventas, y en última instancia los precios de los automóviles usados. Los paquetes de ayudas del Gobierno también han contribuido a este escenario.
¿Cuáles son sus impactos?
El impacto más obvio es que los españoles están viendo precios más altos cada vez que van a la tienda, hacen inversiones en una casa o automóvil o pagan sus gastos como la electricidad. Algunos economistas creen que los precios más altos significan que algunos hogares comenzarán a reducir su gasto a medida que los bienes ocupen una mayor parte de su presupuesto, o bien que recurrirán a préstamos para sufragar gastos imprevistos.
El impacto de la inflación en los presupuestos de las personas dependerá de si los salarios pueden mantenerse al día con la tasa de inflación. Hasta ahora, parece que los salarios no se mantienen a la par con la inflación, aunque las industrias que se están recuperando de las graves pérdidas pandémicas, como la hotelería, están experimentando aumentos salariales al mismo ritmo que la inflación.