Los jóvenes adultos enfrentan decisiones financieras críticas que a menudo se reflejan en el uso de préstamos. Este análisis, basado en datos de solicitudes realizadas a través de Matchbanker entre el 1 y el 30 de noviembre de 2024, explora los hábitos de endeudamiento de las personas de entre 18 y 29 años, considerando variables como edad, propósito del préstamo, empleo, ingresos y factores geográficos.
Edad: Una relación entre juventud y moderación financiera
Los jóvenes de entre 18 y 29 años solicitan préstamos con un promedio más bajo que los grupos de mayor edad, reflejando una etapa temprana de la vida donde las necesidades económicas aún no han alcanzado su punto máximo. Este comportamiento contrasta con el de grupos de edad más avanzados, cuyos importes solicitados tienden a ser ligeramente más altos debido a que tienen responsabilidades más complejas y una mayor estabilidad financiera. No obstante, estas diferencias no son excesivamente grandes.

Propósito del préstamo: Prioridades claras y prácticas
Entre los jóvenes de entre 18 y 29 años, consolidar deudas y adquirir un coche se posicionan como los principales motivos de solicitud de préstamos, destacando así un enfoque en la optimización financiera y la movilidad personal.
En el extremo opuesto, propósitos como el consumo o gastos médicos representan proporciones menores.
Esto indica que este grupo prioriza inversiones de mayor impacto a largo plazo, mientras minimiza el endeudamiento para gastos cotidianos o inesperados.

Empleo: El rol de la estabilidad laboral
La estabilidad laboral emerge como un factor clave que influye en los importes solicitados.
Los jóvenes con empleos fijos son los prestatarios más activos y con importes solicitados y aprobados más altos en comparación con aquellos en trabajos temporales o sin beneficios.
Esto no solo refleja la relación directa entre ingresos estables y confianza para asumir deuda, sino también las políticas de riesgo de las instituciones financieras, que favorecen a los clientes con estabilidad económica.

Nivel de ingresos: Una ecuación proporcional
Los ingresos son otro pilar que determina el comportamiento financiero de los jóvenes.
Los jóvenes con mayores ingresos tienden a solicitar importes más altos, mientras que los de ingresos bajos limitan sus solicitudes.
Sin embargo, las categorías medias muestran un comportamiento moderado, buscando préstamos que se alineen con sus ingresos y necesidades específicas.
Esto destaca la prudencia de los jóvenes al adaptar su nivel de endeudamiento a su capacidad de pago, evitando riesgos financieros significativos.

Conclusión
El análisis revela que los jóvenes son estratégicos en su comportamiento crediticio, adaptando el importe de sus préstamos a sus circunstancias laborales, ingresos y prioridades personales. Aunque solicitan cantidades menores en promedio que los grupos de mayor edad, su enfoque en propósitos específicos como la consolidación de deudas y la adquisición de activos muestra una mentalidad práctica y enfocada en el futuro.
El comportamiento crediticio de los jóvenes adultos refleja un enfoque equilibrado y práctico, adaptado a su realidad financiera. Esto nos permite diseñar mejores soluciones para apoyarles en su camino hacia la estabilidad económica.
Andreas Linde, CEO de Matchbanker.
Al comprender estos patrones, las instituciones financieras pueden adaptar mejor sus servicios, promoviendo tanto el crecimiento económico como la educación financiera responsable. Este enfoque puede resultar en una sociedad más resiliente y con ciudadanos financieramente empoderados.